viernes, 18 de marzo de 2011

5:03

Tirar la hierba mojada del té es el proceso más triste del mundo, se siente como las despedidas, cuando son definitivas.

Pasados tres minutos, lo siguiente siempre es tiempo extra. Habrá que resolverse cuánto antes a meter los dedos entre los despojos húmedos, a pellizcar esos restos con aspecto de servir todavía, pero que en realidad ya no sirven para nada. Si la hierba es necia habrá que meter un tenedor en la cápsula para arrancar de tajo su voluntad de enraizarse. Habrá que sumergir su orgullo en un chorro de olvido y llorar con ella las últimas lágrimas de té: las que se lloran en silencio.

También es importante que no pase mucho tiempo antes de beber de la taza, porque se enfría. Y yo sugiero olvidarnos de todo el tema, después.



1 comentario:

  1. La fotografía original fue tomada por Shadai Islas, quien alguna vez fue @valkyrha.

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